22/08/2016 | Sin categoría

El 36º FIMPC hace un homenaje a Enric Granados a cargo de Schumann Quartet

El jueves 25 de agosto, a las 20:30h, en el Auditorio Pau Casals, Schumann Quartet será el encargado de hacer sonar la música de Enric Granados para continuar recordando este músico y compositor, dentro del 36º Festival Internacional de música Pau Casals.

Hace 100 años que murió Enric Granados y ya hace 100 años que lamentamos una muerte considerada un daño colateral de la Primera Guerra Mundial (iba a bordo de un barco cerca de las costas británicas que fue torpedeado por un submarino alemán). Este "desgraciado incidente" dejó seis hijos huérfanos y un país huérfano de un maestro de piano irrepetible y de uno de los mejores compositores que han nacido en tierras catalanas.

Schumann Quartet, formado por los hermanos Mark, al violonchelo; Erik y Ken Schumann, al violín, y Liisa Randalu, a la viola, ganaron el concurso de Burdeos, convirtiéndose así en uno de los mejores cuartetos del mundo para muchos. Aún así, los cuatro músicos sienten que exprimir cada momento puede ser más importante que su éxito más reciente. En su segundo CD con obras de Mozart, Ives y Verdi, Schumann Quartet muestra plenamente esa alegría a la hora de tomar riesgos y explorar los límites extremos de una obra.

Esta fabulosa formación musical interpretará la Pequeña romanza para cuarteto de cuerda del compositor leridano, de datación indefinida (no fue publicada hasta 1975), en la que destaca un movimiento constante en el acompañamiento de una melodía ancha y graciosa.

Y nada mejor para acompañar la música de Granados (o para enmarcarla, como en este caso) que dos de los grandes cuartetos de cuerda de la historia escritos por dos clásicos que el mismo Granados veneraba: Mozart y Beethoven.

El de Mozart, el núm. 14 KV 387, es el primero de los seis cuartetos que dedicó a Joseph Haydn. El de Beethoven, el nº 7 Op. 59, es el primero de los tres que en 1802 le encargó el embajador ruso en Viena, el conde Andreas Razumovsky. Las obras significaron una revolución absoluta y costaron de entender: Beethoven había dado un paso adelante con un lenguaje para cuarteto que hasta entonces no había ni soñado.